Estimado Paco. De acuerdo. Los instrumentos internacionales de Derechos Humanos especifican filosóficamente qué podemos entender por derecho a la seguridad. Y me parece importante que así sea para darle ese sentido amplio y universal. Pero bajando al terreno de lo concreto, según entiendo de lo que dices, en México la seguridad es aplicada sólo desde una lógica: la de quienes mandan. O sea, se deja de lado el espíritu que le da ese sentido amplio que debería tener: seguridad vial, seguridad personal, seguridad social, etc. (en síntesis, "seguridad humana"). Y aclaras que mientras no se asuma esa perspectiva más democrática, no hay nada que hacer. ¿Es así?
Me queda entonces una duda: si no hay nada que hacer por lo pronto en esta materia, ¿tendríamos que enfocar nuestra atención hacia la exigencia de otros derechos humanos con la esperanza que, "aunque sea de rebote", algún día podamos contar con otro modelo, aplicado, de seguridad? En caso afirmativo, ¿sobre qué otro(s) derecho(s) valdría la pena poner las exigencias sociales?